Es un tembladeral, una lágrima, un vestigio de aquel Boca que supo ser y hoy derrocha apatía y tristeza cuando juega. Sin convicción, sin enjundia y sin rebeldía se lo ve al “Xeneize” que enhebra tres derrotas consecutivas y nueve partidos sin conocer la victoria de visitante, pero la derrota de esta noche (por anoche) contra Belgrano de Córdoba por 2-0 en el Barrio Alberdi por la fecha 16 de la Liga Profesional rebasó el vaso y no fue una más.
El primer tiempo fue de un bajo nivel futbolístico ya que la visita no generó peligro al no rematar ni una sola vez al arco, reflejando el momento actual del equipo y el local tampoco fue efectivo en la situación clara que tuvo a los ocho minutos, cuando una combinación entre Nicolás Fernández y Franco Jara perpetró para que éste rematara a portería dentro del área, pero una buena respuesta de Leandro Brey le contuvo el remate.
En el segundo tiempo, el “Pirata” tomó el control y a los trece minutos, Jara abrió el marcador tras un penal sancionado por el árbitro Nazareno Arasa a instancias del Video de Asistencia al Réferi (VAR) tras una mano de Nicolás Figal y fue atajado por Brey, pero que el delantero capitalizó en el rebote. Desde ese momento, la visita se desmoronó y fue superada en todas las líneas.
En todo el complemento, el cuadro de la Ribera tuvo dos situaciones claras, una con Exequiel Zeballos –que reemplazó en la primera mitad al lesionado Cristian Medina– que remató a “quemarropa”, pero Juan Espínola, arquero local, desvió al tiro de esquina con determinación y otra con Edinson Cavani que, con un cabezazo, intentó igualar el tanteador, pero Espínola respondió magistralmente.
El local dominó a voluntad y pudo ampliar la ventaja en varias ocasiones, incluyendo dos tiros al poste en la misma jugada y un gol de “Uvita” Fernández a los 23 minutos tras un mal rechazo de Figal tras un córner del elenco cordobés.
Uno sonríe y el otro es pura tristeza, dos realidades opuestas que demuestran los rumbos en los que van dirigidos las dos instituciones.
