Desde que asumió a principios de año que no se le dan los resultados y la campaña es mala desde los números ya que, hasta el momento, de los objetivos buscados no consiguió ninguno y el de mañana será un partido bisagra para la continuidad de Diego Martínez al frente de Boca y por ello contará en el viaje con la delegación con el respaldo del Consejo de Fútbol y estará nada más ni nada menos que Juan Román Riquelme.
Que el Presidente “Xeneize” viaje a Córdoba para observar desde el palco las acciones del partido de mañana con Belgrano en Barrio Alberdi desde las 20 por la fecha 16 de la Liga Profesional significa un espaldarazo para el cuerpo técnico y, a su vez, una presión extra porque se trata de una final y un hipotético traspié con el “Pirata” podría decantar en su salida. Por ello, decidió patear el tablero y hacer seis modificaciones en el equipo con relación al que perdió 1-0 con River en La Bombonera el fin de semana pasado.
Con respecto a Román, se viralizaron algunas imágenes suyas en su palco haciendo ademanes de fastidio y de disconformismo por cómo actuaron sus jugadores en el duelo con el “Millonario” y, recientemente, junto a los miembros del Consejo tomaron la decisión de sancionar a Sergio Romero con dos encuentros por los incidentes con los hinchas en la zona lindera al túnel donde salen los futbolistas.
También la gestión del ex mediocampista que supo brillar con la camiseta azul y oro se encuentra en una disyuntiva y es el de dilucidar qué hacer con Guillermo Fernández, un futbolista que manifestó públicamente en sus redes sociales que no continuará en el club a partir de enero de 2025 y que se plantó en pie de guerra con la Comisión Directiva.
Esta crisis futbolística pone de manifiesto que, de no cosechar títulos por segundo año consecutivo y, además, de no clasificar a la Copa Libertadores de la temporada que viene, el ex “10” tendría que hacer una limpieza muy profunda en el plantel y verificar con qué cuerpo técnico contar si es que el Director Técnico decide irse por motus propio y negociar a aquellos que no han rendido.