En el Superclásico entre Boca y River disputado el sábado pasado, en uno de los palcos de La Bombonera, pudo verse colgada una bandera con la imagen de Sergio Romero, llevándose el dedo anular a la boca como mandando a callar a los hinchas del Palmeiras de Brasil en la definición por penales en la Copa Libertadores del año pasado. Esareacción en el Allianz Parque fue transformada en una fotografía y puesta en un trapo.Tiempo después, se supo por qué colgaron esa bandera: los allegados al ex Manchester United lo recibieron como un regalo por parte de varios simpatizantes.
“La bandera la hicimos nosotros, somos un grupo de amigos de San Francisco y Rafaela que lo apoyamos siempre, pase lo que pase. Tenemos memoria y una hermosa relación con él, así que le hicimos un regalo y se la llevamos al hotel“, le comentó un hincha a la periodista Camila Galilea, quien había publicado una encuesta sobre el pensamiento de los simpatizantes sobre esta bandera que apareció en Brandsen 805.
De héroe a villano podría titularse el vía crucis que está atravesando el arquero “Xeneize”, que de la noche a la mañana era vitoreado y vanagloriado por todo el estadio debido a sus magníficas actuaciones en el plano internacional el año pasado, pero que hoy en día es una sombra de lo que fue la temporada anterior y con errores cuestionables como ante Racing en el Cilindro de Avellaneda hace catorce días queriendo salir jugando a ras del piso y que esa acción culminó en el empate de la “Academia”.
No obstante, el símbolo que significa tener a “Chiquito” Romero poco a poco comienza a irse diluyendo dado su reprochable comportamiento del sábado pasado con el “Millonario” y con el incidente que protagonizó con un plateísta que lo había insultado y que acudió a su encuentro para intentar agredirlo, pero que no terminó por ocurrir tal episodio.
El “1” del conjunto azul y oro pidió disculpas públicas, pero se verá cuáles son las consecuencias que tomará la institución para quien era hasta antes de ayer un indiscutido.