Llegó a Boca algo tapado. Tal vez porque aparenta ser más introvertido que su compañero (Norberto Briasco) o tal vez porque hasta ahora mostró un perfil más bajo. Pero tiene una historia digna de ser compartida que lo trajo a donde está hoy. Esteban Rolón se perfila para estar en el mediocampo titular de Miguel Ángel Russo, de Posadas al mundo, cumplió el sueño del pibe…
14 años pasaron desde que el exvolante de Huracán decidió emigrar de su lugar de origen. Sin embargo, formado en la cantera del Club Deportivo Guaraní Antonio Franco vistió con su categoría 95 ¡un escudo muy parecido al de River Plate! El jugador que comenzó en el 2003/2004 disputó varios torneo en la liga de Posadas y si bien creció mucho no se olvida de sus raíces.
“Todavía mantengo contacto con todos los chicos, tenemos un grupo de whatsapp siempre estamos hablando, muy buena gente todos, nos divertíamos mucho de chiquititos”, había comentado hace algunos meses Esteban Rolón cuyas cualidades fueron forjadas en el barrio El Tajamar de la mencionada institución.
Conocedor de esas características, pegó el salto para cumplir su objetivo de jugar en Primera y llegó a La Paternal. El futbolista reconoció que al principio no jugaba pero después le empezó a ir mejor y rápidamente comenzó a subir de categoría hasta debutar en la máxima categoría con Argentinos Juniors de la mano del DT Raúl Celis Sanzotti.
Sin embargo, el Bicho descendió a la B Nacional y al año siguiente, cuando Gabriel Heinze tomó el mando, Rolón sumó muchos minutos, fue elegido la revelación del certamen y volvió a Primera. Luego, siguió su camino en Málaga, Genoa y Huracán, hasta que Juan Román Riquelme posó sus ojos en él y lo sedujo para vestir los colores azul y oro.
Además de ahora jugar en Boca, durante su paso por el club español pudo darse otro gustito: marcar a Lionel Messi. Una linda historia con todos los condimentos porque incluso el “Xeneize” enfrentó (y le ganó 4-0) a Guaraní por los octavos de final de la Copa Argentina 2015 con goles de Gago, Calleri, Tevez y Andrés Chavez. Ahora, ¡es tu momento, Esteban! Eso sí, le quedan mejor los colores xeneizes, ¿no?