Boca terminó cerrando una noche para que el hincha festeje en La Bombonera. Sobre el final del encuentro empezó a cerrar el partido. Tras un tiro de esquina ejecutado de manera magistral por Óscar Romero, la pelota le cayó en la cabeza a Darío Benedetto para anotar el segundo gol del encuentro. El equipo de Sebastián Battaglia empieza a encontrar tranquilidad.
Aunque está claro que lo sucedido en la parte complementaria tuvo una mayor correlación con lo que Sebastián Battaglia pretende de su equipo. Ante un rival que estuvo totalmente replegado con un hombre de menos, Boca por momentos trasladó bien la pelota. Pero para ser más contundente le faltó un poco más de precisión en los metros finales.
Si bien casi no sufrió ataques sobre su área, el partido se jugó a lo que Boca pretendió. Por un lado, cortaba rápido en la mitad de la cancha. Aunque también utilizaba un sistema de muchos pases cortos, para luego romper por afuera. Uno de los aspectos claves fue la subida de Fabra en el segundo tiempo que generó ataques constantes.
Pero hubo situaciones también que empezaron a encender las alarmas. De hecho, Darío Benedetto parecía sentirse disminuido físicamente. Sin embargo no se quedaba en el área. Por un lado, fue clave saliendo y entrando para generar muchos desmarques para sus compañeros. Sin embargo, a Boca le costó encontrar los caminos para tener una goleada a su favor.
Sobre el final del encuentro, Boca encontró nuevamente el segundo gol tras un cabezazo magistral de Darío Benedetto. A partir de ahí el equipo encabezado por Sebastián Battaglia se va con una sonrisa para encarar la semana de otra manera. Quizás la preocupación mayúscula sea el rendimiento, mientras tanto Boca va cumpliendo los objetivos.