Un día como hoy, pero hace 14 años, Boca ganaba lo que hasta hoy sigue siendo la última Copa Libertadores de su historia. Fue en el 2007, con un Juan Román Riquelme protagonista (como en la actualidad, desde otro lugar) y con Miguel Ángel Russo en el banco de suplentes. Ese equipo, con Palermo, Palacio, Banega, Ibarra, Clemente Rodríguez y el “Cata” Díaz, entre otros, escribió su nombre en letras doradas.
El rival de la final era Gremio de Brasil. El partido de ida en La Bombonera había terminado 3 a 0 a favor de Boca, con goles de Palacio, Román y Ledesma. Para la vuelta, que se jugaba en el abandonado estadio Olímpico de Porto Alegre, el conjunto azul y oro llegaba como amplio favorito. Sin embargo, una ciudad en ebullición prometía no rendirse fácilmente.
Así lo hicieron saber los “Gaúchos” de entrada, donde hasta hubo conflictos con la indumentaria. Gremio hizo pesar su localía y jugó con pantalones negros, lo que obligó a Boca a lucir unos llamativos pantalones amarillos improvisados. El estadio era una olla a presión, con bengalas y banderas. Los brasileños salieron dispuestos a pasar por arriba al equipo “Xeneize”.
Sin embargo, Boca aguantó los embates de Gremio a pie firme. El arquero Mauricio Caranta tuvo una muy buena actuación. El primer tiempo se fue con algunos sobresaltos, pero con el 0 a 0 en el marcador. En la segunda parte se agigantó aún más la leyenda de Juan Román Riquelme. Antes de los 25 minutos, una combinación colectiva que dirigió el propio Román terminó con un misil del “10” viajando al palo derecho de Sebastián Saja. Golazo y delirio.
La serie estaba definida. Solo quedó tiempo para otro gol de Román, tras una buena jugada de Palacio a diez del cierre. Faltando cinco minutos, Rolando Schiavi –que insólitamente jugaba en el conjunto brasileño- le cometió un penal a Palermo, que lo tiró afuera. Fue 5 a 0 en el resultado global, la máxima diferencia en una final en toda la historia de la Copa Libertadores. Boca Campeón. Fue la sexta copa. ¿Vendrá la séptima?
